Girasol alto oleico: calidad y rentabilidad con proyección internacional
El girasol es uno de los cultivos más relevantes de la Argentina, con larga tradición en la región pampeana y zonas del NEA y sudeste bonaerense. En los últimos años, el girasol alto oleico (HO) ha ganado terreno frente al girasol linoleico tradicional, impulsado por la demanda de aceites más estables y saludables, con mayor valor agregado.

El girasol alto oleico (HO) ha cobrado relevancia estratégica en la agricultura argentina por su perfil de aceite superior, mayor estabilidad oxidativa y valor diferencial en el mercado internacional. Su elevado contenido de ácido oleico (omega-9) le confiere propiedades nutricionales comparables a las del aceite de oliva, pero con costos más accesibles, siendo una opción muy demandada por la industria alimentaria, de frituras industriales y de biodiésel.
En el país, la superficie destinada a girasol alto oleico ha crecido de manera sostenida, incluso avanzando en la zona núcleo agrícola tradicionalmente dominada por la soja y el maíz. Según el INTA Balcarce (Izquierdo, 2025), esta expansión responde a la mayor calidad del aceite, su demanda internacional y la disponibilidad de genotipos estables y adaptados.
Situación productiva y comercial
En la campaña 2024/25, la superficie nacional de girasol superó los 2 millones de hectáreas, con aproximadamente un 10%/15% del área sembrada con alto oleico, alcanzando una producción de MT 4,7 y un rendimiento de qq/ha 23,4 (26,3 y 12,8% superiores al promedio de las últimas cinco campañas). El complejo girasol exportó U\$S 328 millones entre enero y marzo de 2025, con un incremento interanual del 24,7% y representando el 3,1% de las exportaciones agroindustriales del país. (CAA–INDEC- ASAGIR).
En términos de rendimiento, varias de las principales regiones productoras superan el promedio nacional, destacándose el oeste de Buenos Aires con rindes superiores en alrededor de 5 quintales/ha respecto de la media. La producción nacional abastece mercados externos exigentes, especialmente la Unión Europea y Asia, donde el aceite HO cotiza con primas que han llegado a 100–150 USD/t sobre el aceite convencional, dependiendo de la calidad y la estacionalidad.
La Argentina se posiciona como proveedor confiable, aunque Ucrania sigue siendo el líder mundial. La industria local busca consolidar su presencia en nichos premium, con contratos de exportación específicos que requieren segregación y trazabilidad.
Ventajas diferenciales
El girasol alto oleico ofrece claras ventajas agronómicas y comerciales frente al girasol linoleico tradicional. Su aceite posee mayor estabilidad oxidativa, lo que reduce costos de hidrogenación y mejora notablemente la calidad en la fritura industrial, respondiendo a la demanda de la industria alimentaria por aceites más saludables, con menos grasas trans y mayor vida útil en sus productos.
Además, existe un mercado de exportación garantizado, con compradores internacionales que exigen contratos de abastecimiento de aceite alto oleico, lo que genera una demanda estable y en crecimiento. Para el productor, si bien se requiere cumplir con protocolos de pureza varietal y trazabilidad, el cultivo de alto oleico permite acceder a precios diferenciados y primas comerciales que representan un valioso diferencial en campañas con márgenes ajustados, consolidándose como una alternativa rentable y competitiva frente al girasol linoleico común.
El aceite de girasol alto oleico presenta:
- Contenido de ácido oleico superior al 80%, frente al 20%-30% del girasol linoleico tradicional.
- Perfil saludable (omega-9), favoreciendo la salud cardiovascular.
- Alta estabilidad a la oxidación, ideal para fritura industrial sin necesidad de hidrogenación.
- Mejor desempeño en la producción de biodiésel, por su estabilidad y propiedades de combustión.
Estas características explican la creciente demanda internacional y las primas pagadas al productor, que en la Argentina suelen ubicarse entre 30 y 60 USD/tn sobre el linoleico y que en esta campaña llegaron hasta 100 USD/tn.
Manejo agronómico especializado
En el país, el manejo agronómico especializado del girasol alto oleico (HO) se basa en prácticas de siembra directa, fundamentales para conservar la humedad y la estructura del suelo en regiones semiáridas o con lluvias limitadas. Este enfoque reduce la erosión, mejora la infiltración de agua y garantiza la sostenibilidad productiva.
La elección del híbrido es fundamental, utilizando semilla certificada de híbridos alto oleico. Los catálogos especifican el porcentaje mínimo de ácido oleico (usualmente >80%).
La siembra con máquinas monograno de precisión, permite lograr densidad y profundidad uniformes, con rangos típicos de 4–5 plantas/m² según ambiente y fecha de siembra, optimizando el uso de agua y nutrientes.

La fertilización debe planificarse con análisis de suelo. En secano, la respuesta al nitrógeno es variable (30–50 kg/ha N en casos favorables), mientras que, en ambientes con mayor potencial o bajo riego, se recomiendan mayores aportes de N, P y S, con aplicaciones localizadas para estimular el desarrollo radicular.
En cuanto al manejo sanitario, es importante incluir rotación con gramíneas, la elección de híbridos resistentes y aplicaciones estratégicas de fungicidas para controlar enfermedades como el mildiu, podredumbres de capítulo (Sclerotinia, Alternaria) y mancha negra (Phoma). Generalmente se recomienda la aplicación estratégica de fungicidas (en botón floral, postfloración) en ambientes de alta presión.

Para el control de malezas difíciles y resistentes, la tecnología Clearfield® permite aplicaciones de herbicidas selectivos en pre y post-emergencia con herbicidas específicos (como imazamox), logrando control efectivo de malezas resistentes (Amaranthus spp., sorgo de Alepo) y reduciendo aplicaciones, integrándose en un manejo químico y cultural que previene resistencias.
Finalmente, para preservar la pureza varietal —aspecto clave para acceder al diferencial de precio—, se recomienda un aislamiento mínimo de 300–500 m respecto de lotes de linoleico, así como una logística segregada en cosecha y transporte, asegurando la calidad exigida por la industria aceitera y los mercados de exportación.

Innovación, tecnología y genética
El avance del cultivo se apoya en híbridos de genética adaptada, con alta calidad de aceite y buen comportamiento agronómico. Empresas como RAGT Semillas han incorporado materiales europeos tecnológicamente superiores diferenciados por contenido de aceite y por su estabilidad en el logro del % de aceite oleico, sanidad y adaptabilidad.

Conocé Charllotte CL AO
El girasol RGT CHARLLOTTE CL AO de RAGT es un híbrido alto oleico con tecnología Clearfield® que se destaca por su excelente estabilidad en ácido oleico (>82 %). Presenta un buen contenido de aceite, gran adaptabilidad y rápida desecación del cultivo. Combina una excelente pureza varietal con tolerancia a herbicidas específicos, lo que facilita un manejo efectivo de malezas difíciles.
Destacado por su alto potencial de rendimiento y estabilidad, ofrece muy buen perfil sanitario y adaptación a distintos ambientes productivos, lo que lo convierte en una opción confiable para quienes buscan maximizar la calidad del aceite y capturar primas comerciales en el mercado de girasol alto oleico.
Conclusiones
El girasol alto oleico representa una oportunidad estratégica para Argentina en el contexto de mercados internacionales que demandan aceites más saludables y estables. Aunque su manejo agronómico es similar al del girasol convencional, exige una planificación extra en cuanto a aislamiento, elección varietal y logística para mantener la pureza oleica.
Se destaca especialmente por:
- Alta rentabilidad por primas diferenciales.
- Demanda internacional sólida y diversificada.
- Avances en genética adaptada y manejo agronómico.
- Aporte a la rotación agrícola, incluso en la zona núcleo.
- En un escenario de márgenes ajustados, el diferencial de precio puede ser decisivo para la rentabilidad del cultivo.