Semilla Fiscalizada de Arveja: Un impulso para la calidad y rentabilidad del productor argentino.

A partir de 2025, sólo podrá comercializarse semilla fiscalizada de arveja en Argentina, asegurando mayor calidad, rendimiento y competitividad.

La implementación de la nueva normativa que exige el uso exclusivo de semilla fiscalizada de arveja a partir del 1 de Octubre del 2025, corresponde a la resolución de INASE N° 489/2024, y representa una oportunidad clave para los productores argentinos. Esta medida no sólo busca elevar los estándares de calidad y trazabilidad en el cultivo, también promete mejorar la rentabilidad y sostenibilidad del sector.

Uno de los principales beneficios para los productores es el acceso a semillas con garantía de pureza genética y sanidad, lo que reduce significativamente la incidencia de plagas y enfermedades. Esto se traduce en menores pérdidas y un uso más eficiente de insumos como agroquímicos y fertilizantes, optimizando costos y aumentando la productividad por hectárea.

Además, el uso de semillas certificadas permite obtener rindes más estables y homogéneos, facilitando la planificación de cosechas y asegurando una mejor calidad de grano, un factor clave para acceder a mercados de mayor valor. Con la creciente demanda internacional de legumbres con certificación de origen y calidad, esta regulación posiciona a la producción argentina en un nivel más competitivo, abriendo nuevas oportunidades de exportación.

Otro aspecto clave es la transparencia y trazabilidad que aporta el sistema de fiscalización, brindando mayor seguridad tanto a productores como a compradores. Esto genera confianza en la comercialización, promoviendo relaciones más sólidas dentro de la cadena productiva y evitando la proliferación de semillas de dudosa procedencia o calidad inferior.

> Cumplimiento

Para cumplir con esta normativa, los lotes de semilla deberán ajustarse a las normativas de campo y presentarse dentro de los plazos estipulados por el INASE. La fecha límite para la presentación de los lotes de multiplicación, es el 30 de septiembre de cada año, garantizando así un proceso de fiscalización eficiente y riguroso.

Si bien la transición hacia este nuevo esquema puede suponer un desafío inicial, las autoridades y el sector privado trabajan en conjunto para ofrecer programas de acompañamiento, capacitación y financiamiento que faciliten la adopción de esta medida sin afectar la rentabilidad de los productores.

En definitiva, el uso obligatorio de semilla fiscalizada de arveja no solo garantiza cultivos más sanos y productivos, sino que también impulsa al sector hacia una agricultura más eficiente, sostenible y alineada con las exigencias del mercado global. 🌍🚀

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