Sorgo, una excelente opción ante un escenario de Niña.
La disminución en la siembra de maíz debido al problema del achaparramiento, sumada al aumento de áreas destinadas al trigo, generan una oportunidad para incluir el sorgo en los cultivos agrícolas. Esto cobra relevancia en una campaña que prevé déficit hídrico, ya que el sorgo es un cultivo con alta tolerancia a la sequía y gran diversidad genética.
En la actual campaña agrícola el panorama es incierto para el maíz, particularmente debido a la amenaza del complejo de achaparramiento y a un pronóstico climático de «Niña», que ya ha ocasionado retrasos en algunas siembras.
Ante este contexto, muchos productores evalúan la posibilidad de incorporar sorgo como alternativa en la rotación de cultivos, lo que explica el incremento del 30% en las expectativas de siembra del cereal respecto a la campaña anterior, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Este aumento en la intención de siembra está impulsado por los precios internacionales, menores costos de producción y mayor eficiencia del cultivo en el uso del agua.
El sorgo es una gramínea de origen tropical que, gracias a los avances en su mejoramiento genético, ha logrado adaptarse a una amplia variedad de ambientes, sobresaliendo por su capacidad para tolerar condiciones de estrés hídrico en relación con otros cultivares. Esta resistencia se debe a su sistema radicular extenso y denso, su baja tasa de transpiración y su capacidad de entrar en estado de latencia, que le permite detener su crecimiento hasta que las condiciones sean nuevamente favorables.
Además, ofrece varios beneficios desde el punto de vista del impacto en la rotación, ya que mejora los niveles de materia orgánica con rastrojo de alta relación carbono/nitrógeno gracias a su lenta descomposición; optimiza las propiedades físicas del suelo, especialmente en los primeros 40 a 60 centímetros de profundidad, donde genera porosidad y aumenta la infiltración de agua, facilitando el desarrollo de raíces de otros cultivos.
Su sistema radicular se extiende como mínimo 1,5 metros alrededor de la planta, siendo más denso en los 90 centímetros superiores del suelo. Es un cultivo que aporta robustez y versatilidad durante los meses de verano, con temperaturas elevadas y déficits hídricos, cuando las pasturas perennes templadas manifiestan una disminución significativa en su rendimiento.
El sorgo es una opción inmejorable ante escenarios desafiantes con irregularidad de lluvias y temperaturas.
Desde el punto de vista comercial, el sorgo presenta una producción bastante estable, con una creciente demanda mundial, lo que contribuye a mantener cierta estabilidad en los precios. China y Nigeria son dos de los principales mercados que impulsan esta demanda, exigiendo estándares de calidad rigurosos, tales como un límite de humedad inferior al 15% y muy bajo porcentaje de grano dañado o picado.
Manejo agronómico
En los planteos tradicionales, es habitual encontrar que el maíz se siembra en escenarios de alto potencial productivo, mientras que el sorgo se reserva para ambientes menos productivos. Sin embargo, ya se ha demostrado que, en entornos de alto potencial, el sorgo puede tener un desempeño excelente, alcanzando rendimientos muy altos. No se trata de una competencia entre maíz y sorgo, sino de un complemento dentro de las rotaciones agrícolas, seleccionando el cultivo en función de las condiciones y circunstancias al momento de tomar decisiones.
Diversificar es crucial, ya que ambos cultivos tienen diferentes necesidades en cuanto al uso de agua, y este aspecto resulta clave en el contexto climático que se anticipa. El hecho de que el sorgo tenga la capacidad de adaptarse a climas adversos y ambientes menos favorables no implica que se debandescuidar las condiciones de manejo.
Control de plagas
El seguimiento de lotes de sorgo con el objeto de monitorear la aparición de plagas, debiera ser una herramienta fundamental para el manejo y toma de decisiones sobre los principales insectos limitantes de su producción. Diferentes especies de plagas atacan al cereal como la isoca cogollera (Spodopterafrugiperda), el barrenador del tallo (Diatraea saccharalis) y la mosquita del sorgo (Stenodiplosissorghicola), destacándose por su agresividad los pulgones, especialmente el pulgón amarillo (Melanaphis sorghi).
Este último exige un manejo integrado, con monitoreo permanente desde la siembra y el uso de las herramientas de control más eficaces. Gracias a importantes avances en investigación y desarrollo, hoy el productor dispone de nuevos híbridos tolerantes que demostraron ser eficientes y sustentables, disminuyendo las necesidades de intervenciones químicas. Estos híbridos manifiestan un comportamiento superior frente a la plaga, cuyas paredes celulares no son tan sensibles a las enzimas que inyecta el pulgón para disolverlas.
Actualmente, los materiales tolerantes surgen como la piedra angular en el control del Melanaphis sorghi.
La tecnología SProtect® propia de RAGT, surge como una solución eficiente para el control del Melanaphis sorghi, ya que reduce la capacidad del pulgón de extraer la savia y disolver las paredes celulares de los tejidos, achicando la tasa de multiplicación y disminuyendo la necesidad de intervenciones químicas. Por lo tanto, asegura que las poblaciones de pulgón sean mucho menores y que su reproducción no sea explosiva.
Eso permite ganar tiempo para tomar decisiones sobre la necesidad o no de aplicar control químico. Incluso, según ensayos, con solo una aplicación es posible mantener la población de pulgón por debajo del umbral de daño económico al cultivo.
Malezas
Las malezas de gramíneas y latifoliadas constituyen uno de los factores nocivos en los cultivos de sorgo, ocasionando pérdidas en rendimiento que oscilan entre 30 y 70%. Al ser un cultivo poco competente durante los primeros 30 días, es importante evitar su presencia, especialmente hasta el cierre del entresurco, y hasta que llegue el período de mayor radiación.
Los tratamientos con herbicidas de barbecho y presiembra generalmente no controlan malezas durante todo el ciclo del cultivo, debiendo ser suplementados con tratamientos postemergentes, asumiendo los costos y riesgos vinculados. Una estrategia eficiente para el control de malezas es comenzar mucho antes del barbecho o el monitoreo, con la elección del híbrido. Gracias a importantes desarrollos realizados, hoy se dispone de tecnologías con resistencias a determinados principios activos, que permiten ampliar el espectro de herramientas disponibles para el control de malezas.
La tecnología igrowth® es la primera para el control de malezas en sorgo, que confiere resistencia a herbicidas de la familia de las imidazolinonas. Al ser una tecnología no transgénica, lograda a partir de mutación específica, permite realizar aplicaciones preemergentes y postemergentes para el control de malezas, tanto de hoja ancha o dicotiledóneas como gramíneas. Por lo tanto permite mantener el lote limpio sin competencias, principalmente durante los primeros 30 a 35 días de desarrollo, que es el período crítico de competencia de malezas para la mayoría de los híbridos. Al minimizar esta competencia, acorta las brechas de rendimiento, facilita la cosecha y/o picado de planta entera y mejora la implantación del cultivo sucesor.
Aprovechando la oportunidad
En conclusión, dadas las proyecciones climáticas y las posibles amenazas de plagas, se presenta una excelente oportunidad para integrar el sorgo en las rotaciones de esta campaña. Esto permitiría aprovechar todos los beneficios mencionados, logrando altos rendimientos con precios internacionales competitivos, utilizando tecnología genética de vanguardia.