La variedad adecuada: clave para potenciar el trigo en un año prometedor

El trigo es un cultivo clave para la agricultura argentina, ya que ayuda en la rotación, la sostenibilidad del sistema productivo y su aporte al comercio exterior. Con un escenario favorable para la siembra y una economía que permite mantener las prácticas tecnológicas habituales, elegir la variedad adecuada es fundamental para obtener cultivos más productivos, eficientes y sustentables.

Trigo

Concluida la cosecha de trigo 2024/25 en la Argentina, los datos finales confirman una producción total de 18,6 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 23,2 % respecto a la campaña anterior (15,1 millones de toneladas) y un 8,8 % por encima del promedio correspondiente al período 2019-2024, estimado en 17,1 millones de toneladas. En este contexto, las perspectivas para la campaña 2025/2026 son alentadoras, previéndose mejoras tanto en superficie implantada como en producción y calidad del grano a nivel nacional.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires presentó el lanzamiento oficial de la Campaña Fina 2025/26, brindando las primeras proyecciones para trigo y cebada, con un escenario climático propicio para la siembra y una ecuación económica que permite sostener niveles tecnológicos medios. Bajo estas condiciones, se estima que el área destinada a trigo alcanzará los 6,7 millones de hectáreas, con una proyección de producción de 20,5 millones de toneladas. La Bolsa de Comercio de Rosario, en tanto, ajustó su estimación a 19,3 millones de toneladas, lo que representa una mejora de 500.000 toneladas respecto al pronóstico anterior.

Buenas perspectivas

Desde el punto de vista climático, el panorama para la nueva campaña es favorable. Las lluvias acumuladas en los últimos meses fueron significativas en gran parte del área agrícola, permitiendo una adecuada recarga de los perfiles de suelo y generando condiciones óptimas para el arranque del ciclo.

En este marco de buena disponibilidad hídrica, el cultivo de trigo se posiciona estratégicamente, aunque requiere una gestión agronómica precisa. Aspectos clave como la correcta selección genética, el manejo sanitario y una estrategia de fertilización equilibrada, serán determinantes para maximizar el rendimiento y la eficiencia en el uso de los recursos.

Asimismo, los beneficios agronómicos de incluir gramíneas de invierno en las rotaciones están ampliamente documentados: contribuyen a la generación de biomasa y materia orgánica; mejoran las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo; favorecen la infiltración y retención hídrica; reducen las pérdidas por evaporación y ayudan a interrumpir los ciclos de plagas, malezas y enfermedades, fortaleciendo la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

El éxito del cultivo dependerá, en gran medida, de un manejo agronómico adecuado. La elección de variedades adaptadas a cada ambiente, el monitoreo sanitario, una fertilización balanceada y el ajuste de densidad y fecha de siembra, serán aspectos críticos para alcanzar el potencial productivo. En este sentido, la incorporación de tecnologías de procesos y decisiones basadas en información climática y edáfica, resultan fundamentales.

Seleccionando la variedad ideal

La elección de la variedad de trigo constituye uno de los pilares fundamentales en la planificación del cultivo, ya que impacta directamente en el rendimiento potencial, la estabilidad productiva y la calidad del grano. Este proceso debe basarse en criterios agronómicos, edafoclimáticos y comerciales, considerando la interacción genotipo × ambiente (G×A) y el objetivo productivo de cada establecimiento. Entre los principales factores a tener en cuenta se destacan:

Adaptabilidad: es fundamental seleccionar variedades con buen comportamiento en las condiciones agroclimáticas específicas de cada región o lote, evaluando su respuesta frente a estrés hídrico, térmico o salino, según corresponda.

Ciclo: El ciclo fenológico (corto, intermedio o largo) debe elegirse en función de la fecha de siembra óptima y del riesgo de heladas o golpes de calor en las etapas críticas (antesis y llenado de grano). Variedades con ciclos adaptados permiten una mejor sincronización con las condiciones ambientales.

Sanidad: La resistencia genética a enfermedades prevalentes como roya amarilla (Puccinia striiformis), roya anaranjada (Puccinia triticina), mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis) y fusariosis de la espiga (Fusarium graminearum), es clave para reducir el uso de fungicidas y mitigar pérdidas de rendimiento y calidad.

Calidad: Dependiendo del destino del grano, es necesario seleccionar variedades con parámetros adecuados de proteína, fuerza panadera (W), estabilidad y otros atributos físico-químicos requeridos por la industria.

Estabilidad y potencial de rendimiento: Se deben priorizar materiales genéticos que muestren una buena performance en ensayos multisitio, con rendimientos consistentes a lo largo de diversas campañas y ambientes.

Tolerancia a vuelco y desgrane: Características estructurales como el porte de la planta, la robustez del tallo y la adherencia de la espiga, son esenciales en zonas con alta incidencia de vientos o lluvias intensas en etapas finales del ciclo.

Variedades con buen potencial genético

Es sabido que no existe una única variedad que incluya todas las características deseables. Sin embargo, siempre es posible elegir alguna que al menos reúna cualidades para expresar buen rendimiento en las condiciones ambientales que le ofrezca el ambiente productivo elegido.

En este sentido, RAGT pone a disposición del productor todo su potencial genético expresado en dos variedades que se destacan por sus cualidades agronómicas: RGT Quiriko y RGT Borsalino.

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RGT BORSALINO se caracteriza por contar con un ciclo largo ideal para siembras tempranas, entre fines de mayo y mediados de junio, siendo una variedad con requerimiento de vernalización, es decir que requiere de frío para su floración.

Su principal fortaleza radica en su excelente potencial de rendimiento, siendo ideal para ambientes de alto potencial, manifestando un destacado paquete sanitario, siendo tolerante a royas del tallo, de la hoja, amarilla y mancha amarilla. Además, posee un porte vegetativo rastrero y muy buen contenido de proteína y peso hectolítrico.

Más detalles en: https://ragt-semillas.com.ar/rgt-borsalino/

La variedad RGT QUIRIKO, en tanto, viene demostrando en las últimas campañas una excelente adaptabilidad con rendimientos destacados. Es una variedad que combina un excelente potencial de rendimiento y estabilidad con un paquete sanitario muy balanceado y de destacada tolerancia a Roya Amarilla.

Se caracteriza por ser un ciclo intermedio de gran versatilidad y con una ventana de siembra de 45 a 50 días, al ser una variedad sin requerimiento de vernalización, es decir que no requiere de frío para su floración, e insensible al fotoperiodo.

Ofrece al productor una mayor plasticidad en la decisión de fecha de siembra del cultivo, ya que continúa espigando hasta completar su ciclo sin importar que se retrase la fecha de siembra y manifiesta un excelente potencial de rendimiento gracias a su adaptabilidad a diferentes ambientes. Su densidad de siembra recomendada es de 110 a 120 kg/ha (290 a 320 plantas/m2) y su paquete sanitario incluye un excelente comportamiento frente a roya amarilla, roya de la hoja y fusarium. Además, ofrece buen peso hectolítrico y contenido proteico.

Más infon en https://ragt-semillas.com.ar/rgt-quiriko/

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